jueves, 13 de noviembre de 2014

Una buena serie

En el último episodio de la miniserie, tras ser designado sucesor por Franco, múltiples frentes se ciernen sobre Juan Carlos: la hostilidad de la prensa extranjera y de la oposición en el exilio tras jurar los principios del Movimiento, la merma de su imagen debido a la obligación de veranear con Franco en el Pazo de Meirás y el alejamiento de su padre, que no le dirige la palabra. Cuando su primo Alfonso de Borbón, contrae matrimonio con Carmen Martínez-Bordiú, la nieta de Franco, cunde la sensación de que el entorno del general está presionando al caudillo para que cambie de opinión sobre su sucesor. La situación se complica cuando tras asesinato de Carrero Blanco, Arias Navarro es nombrado Presidente del Gobierno. La enfermedad de Franco se agrava y mientras el general agoniza en el hospital, llega al Palacio de la Zarzuela la noticia de que Don Juan prepara un manifiesto para postularse como único rey legítimo.
Franco muere poco después y Juan Carlos es proclamado Rey de España. El joven monarca decide mantener a Arias Navarro en la Presidencia del Gobierno para evitar los recelos del búnker franquista. El clamor del pueblo pidiendo cambios y la crisis económica llevan a Juan Carlos I a comprender que debe deshacerse de Arias Navarro para propulsar el cambio. Tras forzar su dimisión y nombrar presidente a Adolfo Suárez, joven político que ocupaba la Secretaría General del Movimiento, ambos trabajan junto a Torcuato Fernández-Miranda, Presidente de las Cortes, para disolver las cortes franquistas y aprobar la Ley para la Reforma Política. Un mes antes de la celebración de las primeras elecciones libres del 15 de junio de 1977, Don Juan abdica en Juan Carlos en una ceremonia cargada de simbolismo que culmina con la reconciliación definitiva entre padre e hijo.
La lucha de Juan Carlos por reinstaurar la democracia, en el desenlace de «El Rey»

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