Franco muere poco después y Juan Carlos es proclamado Rey de España. El joven monarca decide mantener a Arias Navarro en la Presidencia del Gobierno para evitar los recelos del búnker franquista. El clamor del pueblo pidiendo cambios y la crisis económica llevan a Juan Carlos I a comprender que debe deshacerse de Arias Navarro para propulsar el cambio. Tras forzar su dimisión y nombrar presidente a Adolfo Suárez, joven político que ocupaba la Secretaría General del Movimiento, ambos trabajan junto a Torcuato Fernández-Miranda, Presidente de las Cortes, para disolver las cortes franquistas y aprobar la Ley para la Reforma Política. Un mes antes de la celebración de las primeras elecciones libres del 15 de junio de 1977, Don Juan abdica en Juan Carlos en una ceremonia cargada de simbolismo que culmina con la reconciliación definitiva entre padre e hijo.
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